Hay paraísos donde la vida no se perdona, y aun así se celebra.
Donde la caña de azúcar es amarga y se hiende a machete.
Y no te llevo y tú me sonríes y yo miserable más miseria que tú, mi panza llena de langosta tuya, tú el bocadillo el caramelo el lápiz. La suerte.
Y si esperas, saldrá la luna en los palmerales
Y verás orillas que todavía
Y hasta cuándo no sé
cómo regatearte una esperanza.
cómo regatearte una esperanza.