Les veo sonreír en la pantalla
plana de la cafetería del VIPS. Es una de esas pelis en technicolor del Hollywood de antes, donde las mujeres tienen cinturas imposibles y faldas
vaporosas y buscan marido, y los hombres visten trajes y son empresarios o
detectives aparentemente fríos pero que en el fondo están enamorados de la
chica. Les veo sonreír y bailar. Bailar y sonreír. Por suerte o por desgracia
mi filete tarda una eternidad en venir y la película está subtitulada. Dice el
diálogo:
- ¡Oh Bárbara! No desesperes.
Encontrarás un marido rico, ya verás. No es tan difícil. Al fin y al cabo amar
a un hombre rico cuesta lo mismo que amar a un camionero.
1 comentario:
Aunque no siempre haya motivos no deberíamos dejar de bailar nunca. Y negarnos a comer filetes de plástico. Y seguir amando a hombres que nos toquen la fibra, y si son ricos mejor, aunque los tipos ricos estén más ocupados en hacer dinero que en ablandar el corazón de las rubias.
¿Cómo te va la vida? Sigue bailando y a ver si sacamos tiempo para un brindis.
Muacks
pd.- ¡qué manía!¡Que no soy un robot...!
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